Mis libros
Diario de una enfermera de Barcelona.
Este diario empezó el primer día que decretaron el estado de alarma y nos confinaron en nuestras casas. Ese 13 de marzo de 2020 empezó un día a día lleno de historias de hospital, de solidaridad en las calles, de pasión en la Barceloneta…grandes historias de drama, comedia y sobre todo de mucho amor. Siempre aportando mensajes diarios de optimismo a través de mi blog.
Este diario que paradójicamente nació por culpa de un virus mortal, de una pandemia mundial que nos ha traído momentos muy duros de miedo y desconcierto ha acabado siendo para mí un tributo a la vida, a la humanidad de las personas, a la solidaridad, a la esperanza y al amor.
En una Barcelona desierta, apocalíptica, donde se respira la confusión y el miedo muestro cada una de las historias vividas durante 72 días seguidos, con mi traje blanco de enfermera en mis guardias de noche, sintiéndome soldado en una guerra en la que ni yo ni ninguno de mis compañeros habríamos querido participar jamás.Y durante el día escribiendo y mostrando al mundo esas historias…
Parte de los beneficios de la venta de cualquier producto de nuestro SHOP se destinarán al proyecto “Cartas que curan”
Historias de despedidas sin despedida, de partos sin padres, de cruda y dura realidad, de muerte y vida, de apoyo entre compañeros, de solidaridad de conocidos y desconocidos, de boda en el hospital sin novio ni cura,de gorros color esperanza cosidos por manos solidarias de todas partes y que llegaron a todos los hospitales, de héroes y heroínas de carne y hueso que también enfermamos y teníamos miedo.
A la vez mi historia más íntima, la nunca contada en mi diario, una apasionada historia de amor en pleno confinamiento, llena de momentos de magia y de pasión, de comprensión y fuerza, de apoyo y motivación, de risas y caricias, de música y baile, de gambas y paella, de guerrero y diosa, de amaneceres y lunas llenas. Una bonita historia de amor, que me hace viajar a una realidad paralela y narra la pasión por la vida, entre amaneceres cerca del mar, mañanas de sol después de noches de guardias. Abrazos, electricidad, sexo y mucha piel.
Fuera, una pandemia, una montaña rusa de emociones y yo en mi interior, visualizo un cambio de rumbo, disfruto de cada instante, sonrío a los días duros de hospital y respiro cada momento, como una oportunidad de rendirme al placer de vivir.